jueves, 13 de septiembre de 2012

maravillada por un desierto bien lejano



Viaje pesado y largo, una manita cariñosamente me despierta y me dice :<<eva, llegamos a RIoacha>>
Abrí los ojos y parecia haber cambiado de país. LOs rostos eran de indios de fez oscura, miradas duras, las mujeres vestian largas tunicas, hacia un calor terrible y todo corría muy rápido. Siete hombres se abalancharon sobre nosotras para ofrecerse para llevarnos a nuestro destino, pero apenas nos dejaban respirar.
EL lugar era un estraño paisaje entre una pelicula de Far West y un desierto surafricano.
Y UN hombre nos acerco a Cabo de la VEla, el lugar donde vana  reposar todas las almas de los wayus. DE camiono el hiombre nos contó sobre su etnia, los Wayus, son los indígenas que habitan el lugar.
YO deseaba conocer sobre tnias indigenas e incluso soñaba en algun momento vivir un tiempo en algun lugar para conocer mejor sus costumbres y ritos, pero ahora mismo se me estremec el estomago al oir algunos relatos sobre las mujeres del lugar. Cuesta no ponerse esas gafas de genero y tratar de comprender sus costumbres, pero para mi, priorizan unos derechos humanos, pero trato de limitarme a escuchar sin juicio. POr un momento me senti afortunada de haber nacido donde nací, lugar donde nos quedan muchas luchas como mujeres por delante pero que ya hay un camino recorrido, y mucho otro por recorrer.
El lugar... mágico, calmo pero imponente...arena, sol y agua, y poco mas que sus gentes y cabañas de cactus. algunos tejen redes para pescar, otras tejen morrales para sus paisanos y para vender.
Aquí la gozo durante días, ranchando en la hamaca, bañando mi cuerpo en estas aguas calientes, largas caminatas bajo ese imponente sol y compartiendo lindas compañías que me regalo el lugar.

la guajira















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